lunes, 30 de abril de 2012

[Episodios] Ambassador 9 - La investigación toma un nuevo rumbo




Después de descansar de un día largo de investigación, sabiendo que este nuevo día la sesión inaugural de la Conferencia no va a celebrarse, el equipo de la Ambassador se sientan alrededor de una de las mesas asignadas en el comedor del restaurante del hotel, y mientras comen tostadas, pases exóticos y bebidas de frutas impronunciables, junto con la taza del mejunje indispensable de cafeína del lugar (por cierto, de muy buen sabor), empiezan a encajar nuevamente las piezas de la información recogida durante el día anterior.

Como sospechan que la Megacorporación Delgado quieren desestabilizar la conferencia política, para poder dominar la zona, de forma económica, ya que parece que los únicos beneficiados de todo lo que pueda pasar es esta Megacorporación, deciden parte del grupo pasar por ejecutivos de la Megacorporación y presentarse en la delegación de la compañía en Glisten, para poder “sacar” información a base de “robarla”, sobre la gente de la corporación que está infiltrada dentro de la Conferencia, para corroborar su implicación en la trama del sabotaje de la misma.. Pero para ello quieren tener un plan B, por si les descubren, para poder escaparse de las oficinas. Con uno de las nuevas adquisiciones, el compañero del “buscavidas” Ray McKannagh, mecánico espacial y nativo de Windsor Grepp Scoth, que también se ha añadido al grupo, Desty va a buscar en el mercado negro los componentes necesarios para realizar una “bomba” de gas somnífero, así como algunos de los componentes necesarios para la creación de sus “medicinas”. Tras moverse por las antiguas naves industriales del Distrito de Manufacturación, Greep lleva a Desty a un garito situado en la puerta trasera de una desvencijado almacén, donde, después de convencer que la pelirroja con cara de pocos amigos y con más cara de ser un peligro para el negocio que un posible beneficio, consiguen que les suministren dos cajas completas de 15 componentes químicos diferentes, suficientes como para poder crear casi todo lo que quiere ir haciendo Desty, menos el “antimareo” para los que tienen fobia a volar (ya lo conseguirá en otra ocasión, que este “fármaco” es apreciado incluso entre los que no les importa volar todos los días, sobre todo para las primeras noches en una cama de nave, por la desorientación que puede producir la sensación de la gravedad artificial de la cubierta de la misma y el dormir en una cama diferente a la última en la que el “paciente” se acostó). Una vez conseguidos los productos, Desty empieza a realizar el ligado de productos en la habitación del hotel.

Mientras Desty y Greep están “comerciando” con productos “no muy legales”, Zak se ha desplazado al barrio Aslan del distrito Residencial de Glisten City. Una vez allí, se hace pasar por un futuro ejecutivo que será contratado por Delgado Trading y está buscando una buena zona donde comprar o alquilar una casa. Para ello se dirige a la Agrupación de vecinos del barrio y tras realizar varias preguntas con la intención de conseguir una casa para vivir en la zona, le informan que los glistenitas aceptan plenamente a los Aslan, en especial a los Aorlak. El problema que tiene en estos momentos Glisten con los Aslan más que el resquemos por el intento de invasión, es que los pocos Aslan que hay aquí, vienen con un contrato bajo el brazo y con un nivel de ejecutivo como mínimo, por lo que el Aslan que menos puede cobrar, gana mucho más que la mayoría de los trabajadores glistenitas, y ya no decir nada de los que mal viven con un sueldo casi esclavista u los que están en el paro, por lo que en estos el resentimiento racista/clasicista, está en flor de piel (pero que también odian a humanos “encorbatados”). En este barrio pueden comprobar que el 70% de la población es Aslan, pero que el 30% restante son humanos y, pocos, Vargs. También le informan a Zack que en el resto de barrios de Glisten City, así como en los asteroides de los complejos residenciales, incluido los de la jet set de Glisten, existen Aslans plenamente integrados.

Con las “bombas dormideras” que Dasty ha realizado,  Maxwell, Adolfus, Ubik y Sigfrid se van a la delegación de Delgado Trading. Afortunadamente para el grupo, la tarjeta y credenciales de Ubik siguen siendo válidas para poder entrar en la delegación, como un equipo de ventas que viene a realizar una reunión con el Director de ventas de la delegación, Steffens Smith. Un vez dentro, consiguen ponerse en una terminal y empiezan a sacar la información que el nivel de Ubik les permite, que no es mucha, pero pueden darse cuenta que esta delegación existen poco personal, 23 en total incluyendo a Isotop Franderson (delegado de la megacorporación en Glisten) y que no hay más de 8 ó 9 trabajadores -2 de ellos son comerciales- 3 secretarias y el resto son altos ejecutivos o directores de áreas, por lo que deducen que desde aquí sólo se cierran acuerdos importantes con otras empresas o naciones que vienen a visitar “la parte económica” de Glisten. Con esta información y sin visitar al Sr. Smith, regresan al hotel para ver que pueden realizar nuevamente.

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